¡Un aplauso para mi compadre...
-...Que le cantará una canción a la bella dama que le acompaña!
Que poquísima madre de mi compadre, ya la está cagando y gacho, pensé.
Esto me pasa por pendejo, ya sabía yo que no debí llevarla. Últimamamente las cosas estaban llendo a todas margaritas, sin llegar a lo excelso, pero muy bien. Eso no era lo malo, lo malo fué que mi comadre lo supiera y por boca de ella que fué lo peor; inmediatamente se dió por sentado que estábamos perdidamente enamorados y que la boda se acercaba. No era que me estuviera quejando, pero como estábamos estábamos bien. Ahora, ya nos habían tomado la foto de rigor, abrazaditos claro, ya nos habían presentado a todos, y todos habían dicho que si yo era un buen muchacho, que si que bueno, que para cuándo el anillo, en fin, que ya estaba yo que me llevaba la chingada y encima me enjaretaron a cantar ¡y dedicada! Ahí estaba yo, con la garganta cerrada del coraje, cantando una canción que hasta se me estaba olvidando y pa´cabar que me sale una espontánea a exigirme que le cantara yo en la orejita casi, ella puso cara de ensoñación y se dejó querer, empecé a pensar que todo era un complot (ahora que la moda son los complots) y todo estuvo fríamente calculado para comprometer la situación. Finalmente llegó el final de la canción, que yo deseaba con locura y entonces...Beso, beso, beso. La que los parió, hijos de la chingada!
Que fiasco.
De por si me cuesta trabajo abrir la capa y encima me vi forzado, éste tipo de cosas más que un bien, perjudican.
Moraleja: Nunca salgas con amigas de tus amigas.
Que poquísima madre de mi compadre, ya la está cagando y gacho, pensé.
Esto me pasa por pendejo, ya sabía yo que no debí llevarla. Últimamamente las cosas estaban llendo a todas margaritas, sin llegar a lo excelso, pero muy bien. Eso no era lo malo, lo malo fué que mi comadre lo supiera y por boca de ella que fué lo peor; inmediatamente se dió por sentado que estábamos perdidamente enamorados y que la boda se acercaba. No era que me estuviera quejando, pero como estábamos estábamos bien. Ahora, ya nos habían tomado la foto de rigor, abrazaditos claro, ya nos habían presentado a todos, y todos habían dicho que si yo era un buen muchacho, que si que bueno, que para cuándo el anillo, en fin, que ya estaba yo que me llevaba la chingada y encima me enjaretaron a cantar ¡y dedicada! Ahí estaba yo, con la garganta cerrada del coraje, cantando una canción que hasta se me estaba olvidando y pa´cabar que me sale una espontánea a exigirme que le cantara yo en la orejita casi, ella puso cara de ensoñación y se dejó querer, empecé a pensar que todo era un complot (ahora que la moda son los complots) y todo estuvo fríamente calculado para comprometer la situación. Finalmente llegó el final de la canción, que yo deseaba con locura y entonces...Beso, beso, beso. La que los parió, hijos de la chingada!
Que fiasco.
De por si me cuesta trabajo abrir la capa y encima me vi forzado, éste tipo de cosas más que un bien, perjudican.
Moraleja: Nunca salgas con amigas de tus amigas.
8 comentarios
Anónimo -
La verdad no soy tan listo, pero uno tiene su orgullo y no lo acepta
Paula -
Anónimo -
Paco -
Anónimo -
Paula -
Entonces:)
Anónimo -
Paula -