Hay días y días
Hoy desperté un poco adolorido, creo que me tuviste clavado el codo a media espalda durante casi media noche, el otro rato, me has estado empujando con las rodillas. Esa manía tuya de hacerte ovillo me desespera un poco, no se cómo puedes dormir así. Claro, tu descansaste bien y ya estás levantada, lo sé porque traté de acariciar tu espalda y solamente acaricié la sábana; es lo malo de una mujer tan dinámica como tu, con tantos planes y tanto entusiasmo, me felicito con una sonrisa suavecita y dormilona por ser parte de los unos y motivo de lo otro. Si te hubiera conocido mi jefe, con seguridad te habría adorado, no solamente por esos ojos preciosos que miran tan expresivos, sino por todo lo demás que te hace tan especial. Sin abrir los ojos y con la luz apagada me concentro para escuchar la regadera, seguro ya te estás bañando con el agua tan caliente como si pelaras pollos. Misterio que no te destemples al tocarte el aire frío, se me ocurre sorprenderte y echarnos el mañanero, por supuesto primero abriré la llave del agua fría tanto como me dejes y me enjabonaré y te enjabonaré y ... la puerta del baño está abierta. Tu siempre la cierras para dejarme dormir otro rato. Chingado, me hubiera despertado 5 minutos antes. Me voy a levantar ya porque me gusta oler tu pelo y acariciar tu cara recién lavada (aunque me dé frío lo húmeda que estarás), si aún no terminas de vestirte, insistiré en el mañanero -en estos días voy a formar una comisión con mis amigos para promover la moción de que Norberto Rivera lo declare un deber moral en todo México- y si no, al menos te plantaré algunos besos para llevar. Ya recorrí el cuarto con la mirada y no te encuentro, creo que dormí demás. Lo bueno es que ya debe estar casi listo el desayuno, ya se me antojó un par de huevos revueltos con jitomate y chilito y cebolla, que son lo mejor que te sale después de las sopas Maruchan. Ya decía mi abuela que éstas mujeres modernas ni saben guisar, ni hacer su quehacer y de remate ni pueden criar hijos sanos, espero que nosotros no tengamos problemas; recuerdo entonces que siempre alegamos al respecto porque tú solo quieres 2 y yo insisto en que al menos 3. Te quiero un chingo, imagino como sería vivir sin ti pero me detengo porque me da escalofrío. Ahí voy, es un placer desayunar contigo, verte toda arregladita y lista para empezar el día mientras yo (huevonazo) apenas me levanto. Siempre defendí mi privilegio de ver algo hermoso cada día cuando abro los ojos, tu eres lo hermoso que llena mis despertares. Debí decir EMPEZAR a desayunar contigo, porque eres de un jugo, una barra de granola y salir corriendo. Se me ha olvidado decirte que últimamente te encuentro mas delgada, quizá deberías bajar un poco el ritmo y empezar a decirle a esos jefes tuyos que saldrás de vacaciones. Me gustaría ir a la playa contigo, asolearnos y bailar y ver el amanecer en la playa, o ir a un bosque y acampar solos y ver estrellas y comer bombones y dormirnos acurrucados junto a una fogata. Pero tu quieres ir a estar con tus papás. Comprendo que tienes tiempo sin verlos, pero, ¿Porqué no vienen ellos a verte? ya les he ofrecido ir a recogerlos y llevarlos de regreso, pero no, has de ir tu (hemos de ir, ni madres que te dejo ir sola). Ya no pensaré en ello porque me encabrono, mejor bajo las escaleras y te beso y desayunamos, o te me vas a ir.
Ni tu, ni desayuno ni nada.
Debo haber soñado.
Creo que todavía no te conozco.
Tu a mi tampoco.
Te extraño.
Ni tu, ni desayuno ni nada.
Debo haber soñado.
Creo que todavía no te conozco.
Tu a mi tampoco.
Te extraño.
0 comentarios